¿QUIENES SON Y QUE DICEN LOS LIBERTARIOS? por Arnaldo MARTINEZ
Arnaldo MARTINEZ, es abogado (UBA, 1997) y Procurador (CSJN año 1995) y MBA (Máster en Administración y Dirección de Empresas, Univ. Isabel I de Burgos, España). Fue asesor legal, procurador y apoderado legal del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1997-2015). Tiene un MBA Máster en Dirección y Administración de Empresas(Univ. Isabel I de Castilla, Burgos, España 2017-2018) y un Máster en Dirección Comercial y Marketing (Diploma Cum Laude) y otro Máster en Marketing Digital y E-Commerce (Diploma Cum Laude)(ambos certificados por la Universidad Isabel I de Castilla – 2018, Burgos, España). Es Especialista en Asesoramiento Empresario(UMSA 2011-2013). Tiene una Certificación de la Universidad de Harvard (USA) en “Justice” (“Justicia”, año 2018), una Diplomatura en Derecho Privado (UAI 2015), y tiene un Diploma de la Universidad de Oxford (UK) en Comprensión del Desarrollo Económico y un Diploma de la Universidad de Yale (USA) sobre Fundamentos Morales de la Política.
Si en estos días lees a los foristas que opinan en las notas sobre política y en las larguísimas discusiones vinculadas con la grieta (populismo versus república) verás que algún forista entre tantos agresiones de un lado y del otro te manda un “votá Espert” o “Espert Presidente” o si ves por la tele a un hombre con una cabellera profusa y despeinada discutiendo acaloradamente con hombres y mujeres por igual, te das cuenta que estas viendo a Javier Milei.
¿Que tienen en común ambos dos? Si, ambos son economistas, pero… y ¿además?
Ambos se autoproclaman “libertarios”. Pero ¿quienes son los libertarios?
En lo económico y en cuanto a la Argentina, te basta con escucharlos a ellos pero… ¿qué dice esta teoría? Robert Nozick es el autor más conocido y que explica los principios filosóficos libertarios con mayor profundidad en su libro “Anarquía, Estado y Utopía” (del año 1974). Bueno, pero… ¿y qué dice?
Nozick dice que gravar a los ricos para ayudar a los pobres es injusto porque viola un derecho fundamental: el derecho a la libertad. El derecho a la libertad de hacer con su plata lo que les de la gana.
Obviamente, están en las antípodas del populismo y la redistribución.
Son partidarios de que los mercados sean libres y no los regule en modo alguno el Estado, siendo siempre su fundamento la libertad humana, el derecho a hacer lo que se quiera con las cosas que se poseen siempre que se respeten los derechos de otros a hacer lo mismo. Propugnan el estado mínimo: un Estado que obligue a cumplir los contratos, proteja del robo a la propiedad privada y mantenga la paz. Cualquier Estado que haga algo más “carece de justificación moral“.
Rechazan el paternalismo, se oponen a las leyes que protegen a las personas del daño que puedan hacerse a sí mismas ya que las leyes de ese estilo violan el derecho del individuo a decidir los riesgos que quiere correr, mientras no
haya terceros perjudicados. Rechazan que se legisle sobre la moral (a que se use la fuerza coercitiva de la ley para promover alguna concepción determinada de la virtud o expresar las convicciones morales de la mayoría). Y rechazan la redistribución de la renta o del patrimonio, incluidas las leyes que impongan impuestos para la redistribución de la riqueza.
Para los libertarios, los impuestos redistributivos son un robo. Podes ser libertario en materia económica pero conservador en materia moral (anti abortista, homofóbico, etc.) y entonces no serías un verdadero libertario, (filosóficamente hablando). En cuanto doctrina intelectual, el libertarismo dice que todo intento de que haya mayor igualdad económica no podrá ser sino coercitivo y destructivo para una sociedad libre.
Milton Friedman (1912-2006) expresaba que la Seguridad Social, o los programas de pensiones obligatorios dirigidas por el Estado atentaban contra la libertad individual “Si un hombre prefiere conscientemente vivir al día y gastar lo que tiene para disfrutar ahora, si escoge deliberadamente pasar una
vejez en la penuria, ¿qué derecho tenemos a impedirle que lo haga?”.
Friedman criticaba las leyes de salario mínimo diciendo que “si los empresarios quieren pagar el jornal que desean y los trabajadores lo aceptan, -¿cual es el problema?”- se preguntaba. –“Si un peluquero sin formación profesional quiere cortar el pelo y encuentra clientes que estén dispuestos a arriesgarse a un corte de pelo barato, porqué debe intervenir el Estado?”– se preguntaba.
Según Nozick, no había nada de malo en la desigualdad económica y que la justicia distributiva (para un libertario) depende de dos requisitos: la justicia en lo que inicialmente se tiene y la justicia en las “transferencias“. Si los recursos con los que se ha hecho dinero son legítimos (si ganó una fortuna vendiendo bienes robados, no tiene derecho a disfrutar de ella) pero si el dinero hecho es gracias a libres intercambios en el mercado o gracias a donaciones que otros le han concedido voluntariamente, se tendrá
derecho a poseer lo que se posee y disfrutarlo como se le cante.
Nozick reconoce que no es fácil determinar si las posesiones iniciales de las que derivan las posiciones económicas actuales se obtuvieron con buenas o
malas artes. Las tierras que actualmente se poseen ¿Son apropiaciones ilegítimas de tierras o de otros activos mediante violencia, robos o fraudes que se produjeron hace generaciones atrás? Si se puede demostrar que quienes hoy son multimillonarios por injusticias del pasado —por esclavitud o expropiación de tierras a los indios, por ej.- para remediar la injusticia entonces podrían pagar impuestos, pero solo para enmendar errores del pasado, no para que haya una mayor igualdad.
Nozick se refería a los jugadores de la NBA, quienes ganaban millones de dólares. Si quienes querían ver jugar a Jordan, Shaquille O’Neill, Kobe Bryant, Magic Johnson, etc. pagaban 5 dólares en una caja y la caja se llenaba y al final de la temporada, había U$S 30.000.000 por decisiones totalmente voluntarias de los fans ¿Quién podría quejarse?
Los que pagaron por ver jugar a sus ídolos lo hicieron voluntariamente. A los que no les gusta, no hicieron nada ni se les sacó nada y cobrar impuestos a Jordan para costear programas que ayuden a los desposeídos no sólo viola las transacciones voluntarias sino que viola el derecho de Michael Jordan u otros jugadores en gastar la plata en lo que deseen “está en juego nada más y nada menos que la libertad humana” (diría NOZICK). “Grabar las rentas del
trabajo es equiparable al trabajo forzado”.
Si el Estado tiene derecho a reclamar una parte de lo que gano, tendrá también el derecho de reclamar parte de mi tiempo. En vez de tomar el 30 % de mis ingresos, podría obligarme a dedicar el 30 % de mi tiempo a trabajar para el Estado o sea que tiene un derecho de propiedad sobre mi y eso es aberrante para NOZICK.
“Yo soy el dueño de mi mismo y el dueño de mi trabajo. Si otro pudiera obligarme a trabajar para él (el Estado) sería un esclavo“. (Nozick).