SE PUEDEN HACER BIOCOMBUSTIBLES A PARTIR DE LAS ALGAS
Si alguna vez anduviste de viaje por el Caribe, riviera maya u otras playas y te tocó la invasión de algas en las playas que usualmente suele ocurrir en estos lugares del mundo no habrás estado muy a gusto con ello. Sin embargo, estos molestos (para los turistas) vegetales pueden tener un uso muy importante en un par de años en nuestra sociedad.
En Oriente desde hace años se las ingiere por sus amplias propiedades alimenticias. Así,
- Son ricas en vitaminas y minerales. Contienen vitaminas A, B1, B2, C, D, E y K, potasio, magnesio, fósforo, yodo, hierro, calcio (10 veces más que la leche) y sodio. También tienen hidratos de carbono complejos (los buenos) y proteínas vegetales.
- Contienen clorofila (especialmente el alga azul Klamathy, conocida como espirulina). La clorofila aporta muchos beneficios para la salud: oxigena y desintoxica el organismo, fortalece el sistema inmunológico, mejora el funcionamiento digestivo y es anticancerígena.
- Regulan las funciones estomacales. El consumo regular de algas estabiliza los valores de azúcar en sangre, purifica y alcaliniza la sangre, limpia el sistema digestivo y el sistema linfático, y elimina los metales pesados.
- Tienen fenilalanina. Este aminoácido reduce el apetito y favorece la aceleración del metabolismo, por lo que son ideales para dietas de adelgazamiento. Las algas marinas contienen una fibra que estimula el sistema digestivo y promueve la eliminación de grasa del organismo.
- Aportan ácido algínico. Este ácido permite la eliminación natural de toxinas y metales pesados fuera de nuestro organismo.
- Múltiples usos alimenticios. Se pueden preparar de muchas maneras diferentes y consumir en infinidad de recetas. También puedes incorporarlas en tus smothies. Además se conservan en seco sin perder sus propiedades durante mucho tiempo.
- Eso sí, no es recomendable consumirlas todos los días por su alto contenido en yodo.
Sin embargo, desde 2007 se han realizado estudios para producir biocombustibles a partir de las algas y del cultivo de microalgas y su propiedad para producir etanol.
La licuefacción hidrotérmica:
Según la URJC (Universidad Rey Juan Carlos de España), los ensayos “han incorporado por primera vez la utilización de catalizadores basados en óxidos metálicos para obtener una buena calidad en el biocombustible de microalgas mediante un proceso de licuefacción hidrotérmica”. En ese estudio se informa que “la licuefacción hidrotérmica que se ha planteado en este trabajo es un proceso termoquímico que puede llevarse a cabo en presencia o no de un catalizador, capaz de convertir en un único paso la biomasa húmeda en un biocrudo que, tras ser tratado como un crudo de petróleo, da lugar al biocombustible”.
Las pruebas realizadas demuestran que “con este proceso no es necesario invertir grandes cantidades de energía para secar la biomasa, a diferencia de otros procesos habituales de aprovechamiento energético de esta materia prima”.
Este estudio fue publicado en la revista científica Precesses mientras que en la publicación “Biotechnology for Biofuels” del año pasado (“Latest development yn microalge biofuel production with nano additives”) de investigadores australianos y estadounidenses se admite que “el análisis de sostenibilidad para biocombustibles con microalgas aún necesita investigación adicional y conceptos innovadores”.
Investigadores de la Universidad de Huelva y del Algarve (Portugal) consiguieron duplicar el crecimiento de microalgas con el uso de desechos agroindustriales procedentes del vino, la algarroba y el biodiésel dentro del proyecto Algared+ del Programa de Cooperación Transfronteriza España-Portugal (POCTEP) de la Unión Europea.
La Unión Europea mantiene programas de ayudas como el POCTEP apostando por los biocarburantes con algas.
Algunas de las ventajas que implica la utilización de las microalgas en la producción de biocombustibles en vez de los obtenidos a partir de cultivos para consumo alimenticio (soja, etc…) son:
- Alta productividad por unidad de área. A diferencia de otros cultivos oleaginosos, las algas crecen rápidamente y, muchas de ellas, son muy ricas en lípidos (niveles de aceite de entre el 20 % y el 50 % son bastante comunes).
- Al fecha no es un recurso alimentario muy común en occidente (si ya en Oriente). Usar algas como materia prima para biocombustibles (hoy por hoy) no compromete la producción de alimento y otros productos derivados de cultivos terrestres.
- Uso de tierras no productivas. A diferencia de los cultivos energéticos, las cosechas de algas (al ocurrir cerca de las costas) no compiten con terrenos para producción alimentaria.
- Empleo de un rango amplio de fuentes de agua. El agua utilizada para el cultivo de algas también puede incluir aguas residuales y aguas salobres no potables que no pueden ser utilizadas ni para agricultura convencional ni para uso doméstico.
- Mitigación de la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Las algas tienen un potencial enorme para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el uso de corrientes de gases ricas en CO2 procedentes de centrales térmicas y de operaciones de recuperación de gas natural.