POR PRIMERA VEZ LOGRARON EMBOTELLAR ENERGIA SOLAR Y CONVERTIRLA EN COMBUSTIBLE LIQUIDO

POR PRIMERA VEZ LOGRARON EMBOTELLAR ENERGIA SOLAR Y CONVERTIRLA EN COMBUSTIBLE LIQUIDO 

Los cieentíficos de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en la ciudad sueca de Gotemburgo  han logrado “embotellar” energía solar para utilizarla luego sea en nuestras casas, transportes y fábricas incluso cuando el Sol no brilla.

A ese efecto desarrollaron un fluido que absorbe la energía solar, la retiene durante meses (e incluso años) y luego la libera cuando es necesario. Si este llamado “combustible termosolar” se llega a perfeccionar para que funcione siempre (aún está en etapa experimental), sería un gran paso para reeemplazar aún más a los combustibles fósiles.

La recuperación de la energía almacenada en este líquido no produce CO2 ni otros gases o partículas contaminantes, ello supone un gran avance en el campo de las ciencias medioambientales, ya que su uso podría reducir en gran manera el aumento del calentamiento global y el calor recuperado al extraer la energía del sol es mucho mayor al esperado inicialmente.

Otro de los grandes beneficios del líquido que almacena la energía solar es que puede recargarse con otras fuentes de calor. Esta propiedad posibilita el aprovechamiento del calor residual generado por diversos procesos industriales, el calor que producen los motores de los vehículos, el cual generalmente se desperdicia, y algunos fenómenos naturales.

En el techo de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Gotemburgo, se ha construido un prototipo de sistema para probar los nuevos combustibles térmicos solares. Una bomba hace circular el fluido a través de tubos transparentes, la luz ultravioleta del sol excita sus moléculas a un estado energizado. La luz reorganiza los enlaces entre los átomos de carbono, hidrógeno y nitrógeno en el combustible, convirtiendo un compuesto conocido como norbornadieno en otro llamado cuadriciclano. Para extraer esta energía, se pasa el combustible sobre un catalizador a base de cobalto. Las moléculas de cuadriciclano vuelven a transformarse en norbornadieno. Esta transformación libera grandes cantidades de calor, lo suficiente para elevar la temperatura del combustible en 63 grados.