EL REINO UNIDO AFIRMA QUE LA DEXAMETASONA REDUCE LA MORTALIDAD DEL CORONOAVIRUS

EL REINO UNIDO AFIRMA QUE LA DEXAMETASONA REDUCE LA MORTALIDAD DEL CORONOAVIRUS

El Instituto Nacional de Investigación de la Salud del Reino Unido  (NHS) anunció que –según  un trabajo preliminar de la Universidad de Oxford- la dexametasona, ha demostrado ser eficaz en un tercio de los casos más graves de COVID-19 que requirieron ventilación. Si bien aun no se ha publicado en un paper científico, los resultados iniciales del ensayo RECOVERY apuntan a que la mortalidad se reduce un quinto entre el resto de pacientes graves.

Cuando alguien ingresa grave, es habitual que, además del daño en los pulmones, la COVID-19 haya desatado una respuesta desmesurada y desproporcionada de su sistema inmunológico, causando daños más allá de los ‘propios’ del coronavirus.

Reducir esa respuesta inflamatoria es una de las prioridades en la mayoría de UCI del mundo. Y, de manera más o menos regular, se venían usando medicamentos clásicos, como la dexametasona, para templar a las desbocadas defensas del organismo, tal y como se hace con otras enfermedades.

La dexametasona se administró durante 28 días a 2.104 pacientes cuya evolución se comparó con la de otros 4.321 que no recibieron la dexametasona.

El dato aporta la evidencia de que hay cosas que funcionan para evitar la muerte de pacientes de manera más o menos general. “La dexametasona se convertirá en un medicamento estándar para el cuidado de estos pacientes” (según Peter HORBY, investigador de la Universidad de Oxford y coautor de la pre-publicación). “Es barata, abundante  y puede utilizarse de manera inmediata para salvar vidas en todo el mundo“. Se utiliza en traumatismos severos, reacciones alérgicas o como inmunosupresor para casos como el de la artritis reumatoide.

La dexametasona, usada tradicionalmente en reacciones alérgicas, asma, traumatismos o artritis, no parece ayudar en pacientes con COVID-19 leve. Según el experimento, la dexametasona no parece ayudar a personas con síntomas leves de coronavirus. Es decir, se centra en esa acción antiinflamatoria, no antiviral.

En marzo había sido aprobado en USA el uso de la hidroxicloroquina pero ahora ha sido desechado su uso ante la sospecha de su ineficacia y EE.UU. ha revocado su uso. Se había usado como antipalúdico hasta que el parásito de la malaria se acostumbró a él. Ahora se usa como anti lupus y para artritis reumatoides. Hay ensayos encaminados a pacientes leves o en contacto con infectados, pero no sólo. Bloquea una de las puertas de acceso del virus a las células. El remdesivir, como tratamiento antiviral, parece acortar el periodo de recuperación en pacientes con COVID-19. Se popularizó en el brote de ébola de 2013-14. Llegó a curar a algunos pacientes, pero no se demostró tan efectivo como se creía. Ahora puede tener una segunda oportunidad con el COVID-19. Parece resultar en las fases iniciales y actúa desactivando una enzima: ARN polimerasa, el traductor de los genes. El Ritonavir / lopinavir: es usados desde el año 2000 contra el VIH, causante del sida. Se probó con éxito en animales en las epidemias de SARS-1 y MERS, también coronavirus. En China los resultados no han brindado mayores datos con resultados desiguales.  Los interferones se pueden usar como complemento al ritonavir / lopinavir. Son proteínas naturales que manejan las células para alertar a sus compañeras de un ataque generando una mayor resistencia a la infección. El Plasma y otras inmunoterapias, se utiliza el ‘suero’ o plasma de pacientes curados y el uso de anticuerpos de laboratorio. Hay líneas de investigación en ese sentido, fuera de Solidarity. Hubo cierto éxito con el ébola. La idea es inyectar las moléculas que en el cuerpo generan inmunidad tras una infección. El Tocilizumab es un antiinflamatorio biológico inyectable se usa en casos de artritis reumatoide. El tocilizumab bloqua el receptor de interleucina IL-6 para detener la producción de inflamación en el cuerpo.

En la lucha contra el coronavirus, a la fecha, la batalla la suelen ganar las defensas del propio organismo cuando funcionan bien. Este estudio viene a corroborar que en 19 de cada 20 casos, una persona infectada termina venciendo al virus sin necesidad de fármacos que lo liquiden en un hospital.