El pasado sábado 13 de octubre se anunciaba que el huracán Leslie, que se inició el 23 de septiembre, ahora se dirigía a la Península Ibérica. Leslie tocó suelo portugués, dejando a más de 300.000 personas sin electricidad y 30 heridos. Luego, le tocó a España, a la que entró debilitado pero con fuertes lluvias y vientos que superaron los 100 kilómetros por hora en varias localidades de Castilla-León y mató a 13 personas en el sur de Francia provocando devastación e inundaciones.
¿Qué es un huracan? Cuando el aire húmedo y caliente sobre la superficie de las aguas del océano aumenta su temperatura, asciende, dejando una zona de bajas presiones. El aire que sube se va enfriando y el vapor de agua se condensa en pequeñas gotitas y cristales dando lugar a las nubes. Para compensar esto, el aire circundante ocupa el lugar del que subió, hasta que también se calienta y sigue el mismo camino ascendente. El resultado es un movimiento continuo de aire y nubes que se desplazan a la vez que giran. El “combustible” de este fenómeno es el agua del océano por lo que cuando toca tierra pierde intensidad, causando muchos daños hasta que finalmente desaparece.
Si superan los 62 km/h se consideran tormentas tropicales y si superan los 117 km/h, se consideran huracanes, que se clasifican en cinco grados, según la escala Saffir-Simpson.
Los huracanes no son un fenómeno meteorológico común en Europa. Se consideró a Leslie como la mayor tempestad en Portugal desde 1842. El aumento de la temperatura de los océanos a causa del cambio climático llevará a un incremento del número de huracanes en Europa.
(Huracan Leslie en Francia)
El huracán Vince había llegado a España y Portugal en octubre de 2005. Con origen en las islas Azores y Madeira, ambas pertenecientes a Portugal, llegó a alcanzar la categoría 1 de huracán; pero a medida que se acercó a la península terminó convirtiéndose en tormenta tropical.
En 2006 el huracán Gordon que, a pesar de haberse originado en las islas de Sotavento, frente a Venezuela, cruzó rápidamente el Atlántico hasta golpear las costas gallegas con vientos que llegaron a alcanzar los 150 kilómetros por hora.
¿Por qué ahora hay huracanes en una zona en la que son tan poco frecuentes? La respuesta, la tiene el cambio climático que aumentará el número de huracanes en Europa en los próximos años, ya que a más temperatura en el agua, mejor “combustible” para la formación de ciclones.
Por último, la elección del nombre de los huracanes sigue una serie de normas. En la antigüedad, estos fenómenos meteorológicos se bautizaban en base al santo del día en el que habían causado grandes estragos. El primero en dar nombres preseleccionados a estas catástrofes fue el meteorólogo australiano Clement L. Wragge, que seleccionaba para ello nombres de mujer extraídos de la Biblia, así se crearon una lista de nombres de mujer que se repartían a medida que los huracanes se iban sucediendo. En los años 70 se decidió incorporar también apelativos masculinos. La Organización Meteorológica Mundial cuenta con una lista de nombres, ordenados por orden alfabético y alternando masculinos y femeninos que se repite cada seis años, salvo que el huracán genere un alto número de víctimas mortales o pérdidas materiales y entonces se elimina y es sustituido por otro.
En 2017 se eliminaron Harvey, Irma, María y Nate, con motivo de la gran devastación que dejaron a su paso. Como alternativa, en la lista de 2023 serán sustituidos por Harold, Idalia, Margot y Nigel.