Si bien una de las consecuencias del cambio climático y del calentamiento global, ha sido que este verano se han registrado niveles mínimos récord de hielo marino en gran parte del Ártico.

La pérdida de hielo marino en la zona se ha debido a que las temperaturas de la superficie del mar estuvieran muy por encima del promedio para esta época del año.

Esto puede estar contribuyendo a la presencia de masas de aire inusualmente inestables y que ha generado una nueva consecuencia peligrosa -por lo inusual- en esta región.

Así se han detectado múltiples rayos en un radio de 480 kilómetros del Polo Norte, según lo informó el Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU., que incluso emitió una declaración especial sobre el inusual fenómeno. “Este es uno de los rayos más al norte” que se han registrado a la fecha.

En la Tierra se producen millones de rayos al día, pero muy rara vez el fenómeno afecta áreas cercanas al Ártico.

Una de las claves para la formación de un rayo es la inestabilidad atmosférica, cuando la atmósfera inferior es más cálida y húmeda mientras que la capa superior es fría y seca. Estas condiciones estimulan la convección que genera tormentas eléctricas.

La mayoría de las tormentas eléctricas ocurre en latitudes más bajas, donde la combinación de temperaturas más altas y humedad provoca fácilmente la aparición de este fenómeno. Sin embargo, debido al cambio climático global las tormentas eléctricas se están extendiendo a áreas inusuales.