Y UN DIA EXPLOTO LA BURBUJA DEL BITCOIN…
Cuando hace un año Bitcoin cotizaba u$s19.500 por unidad, las predicciones sobre su valor eran cada vez más altas. Se decía que era la moneda del futuro.
Un año después, y desinflada la burbuja, su precio cayó más del 80%. Hoy cotiza a 3.900 dólares, un nivel que sigue estando amenazado por :
- La ausencia de nuevos inversores que sostengan la demanda.
- El retiro de productores de equipamiento utilizado para darle vida al Bitcoin (minado de criptomonedas).
- La quiebra de un número cada vez mayor de “mineros“.
Las personas comunes que perdieron mucho dinero con el estallido de la burbuja se fueron y ahora, hay mucha más presión de venta que de compra.
Desde inicios de noviembre de 2018, en total se “apagaron” 1.300.000 de equipos (mineros). En muchos casos, una sola compañía utilizaba cientos de equipos extrayendo monedas al mismo tiempo. Los ingresos de la industria minera de Bitcoin han pasado de u$s 13 millones por día (a principios de noviembre) a alrededor de u$s 6 millones apenas un mes después, lo que representa un descenso de más de 40%.
Al menos 100.000 mineros individuales han cerrado recientemente. Se estima que alrededor de un millón y medio de servidores fueron desconectados desde principios de septiembre. Quienes logran sobrevivir bajo las condiciones adversas que provoca este nuevo escenario son aquellos grandes jugadores con modelos de negocio muy específicos y costos de electricidad extremadamente bajos.
Muchos mineros están trabajando a pérdida con los actuales precios, y ahora es más económico desconectarlos y sacarlos del rack para reducir el costo en electricidad y los gastos operativos. Los expertos calculan que el costo medio de minar un Bitcoin se sitúa en los u$s4.500, incluidos gastos generales y costos de depreciación y quienes utilizan equipos más eficientes están ubicados en China, donde la energía está subvencionada y empiezan a ganar dinero a partir de los u$s4.000.
Muchas de estas operaciones se realizan en países como China, Islandia, Rusia y Kazajistán, donde la energía es más barata y las bajas temperaturas actúan como un sistema natural de refrigeración para los potentes equipos.